lunes, 14 de agosto de 2017

15M. Libre te quiero. Basilio Martín Patino. 2012.



Ayer nos dejaba el enorme cineasta Basilio Marín Patino y que mejor forma de homenajearlo que escribir unas palabras tras visionar su última aportación al mundo audiovisual. Una composición casi a modo de sinfonía caleidoscópica sobre el fenómeno político más importante ocurrido en nuestro país en el recién iniciado siglo. Un documento gráfico que, a la vez, es manifiesto del querer de un artista, ya  que con lo que captan sus cámaras nos incita a visionar cómo es ese poso, del que por desgracia nos hemos desprendido años después, de un fluir social y emocional del que escapa la escasa libertad que deja, incluso, el propio ánimo de ordenar, clasificar, nombrar, con el que se pretende ganar el cielo.

Sabio para saber qué grabar sin cortar y, apoyado en el enorme poema de otra figura enorme recientemente desaparecida como es el gran Agustín, versado musicalmente por Amancio Prada, el genio salmantino dirige batuta en mano la melodía que brotaba de aquel estallido político-social que invadió muchas de las plazas de este país. Las voces, son las justas y necesarias para dar al acontecimiento la relevancia que los medios solían sortear, pues la voz importante sale de las diferentes manifestaciones con las que el autor se encuentra en los días que Madrid volvió a ser ciudad. Carteles, performances, solistas, grupos de cante, baile, percusión, payasos, estatuas, proyecciones, mítines y armas de diverso calibre (flautas, globos, manos y aviones de papel)... acompañan al espectador para intentar mostrar la esencia de una palabra compleja como es la libertad. Un deseo que emana del propio título, el de querer lo que fue, lo que es, lo que vemos, un deseo de no olvidar nunca la memoria (incluso aquella que no fue) que como bien conoce nuestro director, es la garantía para un futuro donde no se intente derivar de la palabra libre unas consecuencias nefastas incluso para ella misma, pues las palabras viven, cambian, mudan, y con ellas las vidas de los hablantes.

Solo hay que fijarse en el tono festivo de la mayoría de las imágenes, en cómo obvia la mayoría de imágenes de contenido violento, las cuáles conocemos todos perfectamente, para centrarse en la verdadera libertad que emana del júbilo, del intentar tomar las riendas a la deriva institucional a la que estamos sometidos tras un largo proceso desintificador del cuerpo político del que (hemos) formamos parte. Un peligro casi insoslayable si son otros los que dicen que es la libertad, y otros tantos conceptos, en los tiempos posmodernos en los que algunos quieren acomodarnos. Pero no todo vale lo mismo y ahí es donde acierta nuestro sabio director para ilustrar lo verdaderamente emocionante del acontecimiento político contemporáneo sucedido en nuestra frontera y fuera de ella. Acercándonos con su imagen, con su montaje, un pedazo de la esencia de aquello que le emocionó como para ver y darnos a entender qué ahí algo que vale más que otra cosa. Pongan nombre a esa cosa, a ese algo, e indígnesen, sean libres para expresar el descontento y háganlo, alegre y libremente.


https://vimeo.com/81328468

https://vimeo.com/81379638