lunes, 12 de marzo de 2012

Criadas y señoras (The Help). Tate Taylor. 2011.




Muy recomendable film sobre la estupidez de los complejos raciales y las apariencias en la sociedad norteamericana. A pesar de que a mi juicio, el guión queda algo cojo con dos historias importantes (el noviazgo de la señorita blanca y la pérdida de su niñera) que quedan retratadas de modo irreal e incompleto, el resto sin hacer demasiadas concesiones a cierto sentimentalismo o a la viva crudeza emocional, sabe llegar al centro del espectador mostrando pequeñas pero decisivas pinceladas que rotulan el carácter hipócrita de la mayoría de los hechos que acontecen en nuestro derredor. La película es una coral de mujeres, una gran sinfonía interpretativa (Viola Davis, Octavia Spencer y Emma Stone a destacar) donde ellas cargan con todo el peso de la narración, incluso con esa narración sumergida emanada de la inmemorial dominación masculina que bien ganado tiene el puesto entre los prejuicios humanos. En esta magnífica coral observamos hasta la saciedad la importancia que tiene el salirse de la órbita del hecho para poder juzgarlo con imparcialidad, la importancia de la identidad y de la historia en la configuración del presente con todas sus vergonzosas imparcialidades mantenidas a golpe de estupidas razones egoístas, que ciegan a los hombres y mujeres haciendo que cada paso emancipatorio sea contrarestado por leguas regresivas que nos hacen comer a todos de la misma mierda.

2 comentarios:

  1. Hace un par de semanas, vi esta película por causas ajenas a mi voluntad (aquel día deseaba ver otra, pero no pudo ser). Y lo pagué caro; aparte de los ocho euros que dejé en taquilla, fueron dos horas y veinte minutos de aburrimiento suministrado por un guión elaborado a partir de un consabido esquema argumental aplicado en repetidas ocasiones, es decir, cada vez que Hollywood se entrega a la tarea de fabricar una película que denuncie los prejuicios raciales en la sociedad (sureña) americana. No voy a enumerar títulos porque son muchos y la mayoría están en la mente de cualquier cinéfilo.
    Para colocarnos el mensaje (o la denuncia) se recurre al viejo truco de mostrarnos personajes negros de moral acrisolada, mente despierta, pacientes, educados, aseados, cautamente sumisos, frente a personajes blancos de necia actitud, autoritarios e intransigentes, crueles y vengativos. Con este método tan maniqueo, el mensaje "funciona" a la perfección porque se aseguran la identificación y adhesión del público.
    La aseada puesta en escena, más preocupada en recrear con fidelidad la época (los primeros sesenta) en que se desarrolla la acción. que en dimensionar la historia y los personajes, no ayuda nada, creo yo.
    En fin, tal vez me habría "gustado" más si la hubiera visto desde mi sofá como una TV Movie un domingo por la tarde. Lo siento.
    Un saludo.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo sobre la representación maniquea que elabora el cine industrial, sin embargo el derroche de actuaciones magistrales y el escaso recurso al burdo sentimentalismo merecen ser loables y por ello me pareció una gran película, que no excelente, pero sobre gustos colores...
    Muchas gracias por tu aportación

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