martes, 9 de marzo de 2010

Los abrazos rotos. Pedro Almodóvar. 2009.


Tildar a esta película de almodovariana puede parecer una tautología, sin embargo no creo que exista un calificativo mejor, aún a expensas de parecer vacía de sentido tal denominación. Y es que todo el universo fílmico anterior se encuentra condensado en la, una vez más, enrevesada trama de la película. Una historia de amplias connotaciones temporales, de desdoblamientos en los personajes, de amplios recursos narrativos y simbólicos, de gran fuerza y tensión siempre bien condensada y atravesada por esa mirada hacia lo pasional que aflora en los asuntos humanos, muy humanos. Quien haya seguido la carrera de este ilustre manchego comprobará de buena mano el valor de lo afirmado en la primera aseveración, quien se asome a este universo grotesco del ser humano que suele proponer el autor, descubrirá un drama tan cercano y real que los complicados cruces que llevan a él no son sino simples y fatuos elementos a los cuales alguna vez, quizá hayamos de someternos en este caos al que llamamos vida.

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