jueves, 31 de marzo de 2011

En el centro de la tormenta (In the electric mist). Bernard Tavernier. 2009.


Una película que quiere ser negra pero no llega a serlo pues se deja en el camino lo característico introduciendo migajas de triste realidad de esa América profunda y dogmática. Eso la salva un poco, sobre todo la actuación y el personaje de Lee Jones y ciertos personajes estereotipos, pues la atmósfera que debiera recrear queda un poco empantanda, sobre todo en esa situación onírica con tan legendario general. La idea no es nada mala, incluso puede llegar a ser verosimil, sin embargo la aparición de esos personajes de otro mundo, de las estrellas hollywoodienses no llega a encajar del todo y las historias que ellos entremezclan hacen que la película pierda intensidad e idiosincrasia. Y aunque parezca paradójico las pinceladas de realidad le dan un toque serio aun a costa del aire negro que hubiese merecido tal historia.

miércoles, 30 de marzo de 2011

La condición humana. No hay amor más grande 1959. Camino a la eternidad 1959. La plegaria del soldado. 1961. Masaki Kobayashi.

Llevaba dos años esperando tener un día para ver estas películas juntas, días se tienen pero ganas de ver cine japones en VOS con metrajes que pasan las tres horas y con una temática trágica necesitan de días especiales. Al fin lo conseguí y el resultado ha sido espléndido pues acabo de visionar una de las mejores odas antibelicistas de todos los tiempos en las carnes de ese personaje, Kaji, en cuyas visicictudes pueden verse reflejados todos aquellos injuriados por el mal llamado arte de la guerra.
En la primera nuestro personaje para librarse del servicio militar y la guerra es enviado por su compañía a las minas de Manchuria donde acaba por ver el odio en todas sus manifestaciones, contra los chinos, contra los prisioneros de guerra y contra el mismo por la razón de tener ideas diferentes. El dogmatismo imperial lleva a una sinrazón de la que no podrá escapar y que dota a su vida de una estrechez que no quiere compartir con su joven esposa, lo cual tensa las relaciones entre ambos, aunque el amor le hace salvar la dignidad que le queda y poder llevar con la entereza decisiva su viaje a la segunda etapa, pues a pesar de su gran labor en la producción y en las condiciones laborales es premiado por su empresa.


En la segunda película, Kaji es enviado a las tropas imperiales como recluta para su pronta incorporación a la guerra. Allí sus ideas de corte comunista le volverán a jugar malas pasadas con el castricismo militar y la serie de avatares que le suceden ejemplifican nuevamente el dogmatismo y la sinrazón de no saber más que obedecer sin ningún tipo de reflexión. Por cierto viendo esta parte descubrí en que se había fijado Kubrick para La chaqueta metálica, clavada una escena. Allí, en el cuartel, nuevamente le lleva a sobrevivir el amor de su mujer, única que se atreve a visitarlo dándole el aliento necesario para sobrevivir a su tormento psicológico. Sin embargo es enviado a la guerra, pues a pesar de ser un perfecto pacifista es hábil en los comportamientos de un soldado y los rusos están a punto de entrar en Manchuria.

En la tercera entrega, la guerra ha sido un fracaso total y los rusos han entrado triunfales aplastando al ejército nipón. Kaji y algunos supervivientes emprenden un largo camino para evitar a todos los enemigos incluidos sus compatriotas para los que no morir en el acto de defensa constituye una injuria y una ofensa. Nuestro trastornado personaje aquí aparece totalmente cambiado, deformado por las distintas e impactantes vivencias ya no es ese buscador imparcial de verdad, objetividad y justicia, ahora se caracteriza por cierto pragmatismo que le lleva a desdeñar ciertas decisiones si realmente quier sobrevivir. Una peregrinación que le llevará uno de los finales más bellos que he visto, para no perderse.


Si dispones de tres noches con ánimo para ver cómo la humanidad refleja que tiene poco de eso mismo, al mismo tiempo que ves una auténtica obra de arte, no lo dudes...

¿Quién teme a Virginia Woolf? (Who's Afraid of Virginia Woolf?). Mike Nichols. 1966.


Deseaba realizar mi particular homenaje a la recientemente malograda Elizabeth Taylor visionando algún film suyo de los muchos que me quedan aún por ver, y que mejor que uno por el que consiguió la ansiada estatuilla. Y al mismo tiempo podría hacer otra especie de guiño a la protagonista del título, pues el 29 se cumplían 70 años del suicidio de Virginia Woolf, persona de la que supe tras la estupenda cinta "Las Horas". Sin embargo, este segundo enlace no se materializó en las espectativas previstas, pues aparte del título y las ilusiones pervertidas a las que se alude con él no hay mayores referencias a esta escritora (o yo no supe verlas). Pero la principal razón si mantuvo su peso, con creces, ya que Liz está deslumbrante, desbordante de físico y con un ambivalente rostro y carácter muy bien interpretado. Igualmente sobrio está su queridísimo R. Burton. No obstante la película no llega a articularse de forma verosimil, le falta algo de realidad, quizá porque se la robe esa pareja felizmente desencantada o la ingenuidad de la joven pareja. Más bien creo que se trata del trasvase de formatos, pues existe una diferencia considerable entre el teatro para el que la obra fue concebida exitosamente y el cine, y ahí la adaptación creo que a pesar de ser buena no le supo otorgar el valor cinematográfico añadido careciendo de cierta verosimilitud que casi todo buen film debiera cuidar.