No es extraño el título dada la realidad social y contexto donde se reproducen los hechos, pues es todo lo contrario a cualquier intento de armonia u orden. La película si derrocha ese orden y buen hacer, con un principio salvado con unos simples planos ya relata un poco la ironía y humor en las que se va a instalar el relato, entre otras muchas características narrativas. El buen trabajo de los actores también juega su papel, me sorprendió mucho Damián Alcazar y su papel de marioneta de fuerzas más poderosas, pero no tan impersonales como la gente cree. Su vida pasa por integrarse en la espiral infernal o perecer como si no hubiese otras alternativas, pues la baza principal ya la jugó años atrás, así comienza su pequeña epopeya por ese infierno, no tan dantesco pero si precipitadamente inhumano.
Me gusta la frescura del guión, que si en un principio parece débil, va ganando intensidad a la par que muestra una realidad sin mostrar el dramatismo, fiel enemigo de la vivacidaz. Como ya mencioné me gusta el amplio espectro de`puntos de vista expuestos, no sólo con las miserias se muestra la cara "oculta" de la humanidad, por ello veo bien la proclamación de cierta ironía mezclada con el humor que subyace en las contradicciones que engloban al protagonista y a la sociedad en general.
El ciclo no termina, el infierno siempre está allí amenazante, sólo le hacen falta finas señales para que su horizonte sea visible, esa tierra allí tratada no es muy difirente de cualquier otra geografía donde habiten hombres y mujeres. Los ejemplos abundan por doquier, de nuestras decisiones depende seguir alimentando el fuego infernal.
El film es el cierre de una trilogía, así que habrá que ver "La ley de Herodes" y "Un mundo maravilloso", seguro que destilan ese buen cine.
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