miércoles, 28 de octubre de 2009

Deseando amar. In the mood for love. Wong Kar-Wai. 2000.


Todo lo que pude ver en la tercera entrega (2046) ya estaba en la tradición, esa magnifica manera de narrar a través de un perfecto y cuidado tratamiento del tiempo, esos magníficos recursos a escenas infinitas, idénticas y totalmente divergentes. El cambio de vestido marcando lapsus imperceptibles, a pesar de que “los cambios se notan”. La configuración de cuadros intolerantes, fuera del valor convencional nos transporta al privilegio de la incómoda primera fila de la realidad, aquella donde lo desagradable se vuelve dilatado, prolongado pero a la vez estéticamente cercano. No hay tantos secretos, ya se había perdido la costumbre de enterrarlos en el fondo de un árbol.
En esta ocasión se percibe un mayor acercamiento a la realidad, la historia que había visto, ahora torna hacia su visibilidad, su comprensión, conocemos los entresijos del deseo de amar de nuestro protagonista a través de su historia, que contiene una de las mayores fuerzas universales, el amor y todas sus variantes, consecuencias, expresiones...

viernes, 23 de octubre de 2009

El niño pez. Lucía Puenzo. 2009


La grandísima película "La historia oficial" de Luis Puenzo me ha llevado a ver la obra de su hija basada en su propia novela homónima, y de familia le tiene que llegar esa magnífica forma de hacer cine, pues con un gran montaje y unas pinceladas de varios personajes narra un intenso drama de intensas conexiones, de tal palo tal astilla, dicen.
El amor es una de las categorías fundamentales del hombre y como demuestra la película puede llegar a ser tan poderoso que difícilmente puede ser entendido por un pensamiento rígido, no hay lógica posible en las manifestaciones principales de la vida, por ello quizá sea mejor explicitarlas en forma de leyenda, tal como pretende esta del niño pez, que si bien pudiera ser más que una expresión de una triste realidad, refleja cosas mucho más allá, aún siendo sólo en sueños.
Educación desmedida o sin medida, clasismo social, fama fugaz, belleza, dinero, poder, santería e imaginería religiosa, criminales que son buenos, buenos que son criminales, infidelidad, celos, amor carnal o pasional, muerte… son varios de los diversos temas que componen la vida humana, la historia, la obra, la gran película de Puenzo y sin embargo hoy (tras las manifestaciones contra la ley del aborto) quisiera destacar aquel que hace que la cinta sea necesariamente visionada por toda esa gente que ejerció su derecho a manifestarse, quizá una mirada cercana a la crudeza les haría reflexionar, en caso contrario, es que no saben ver cine, vivir.

martes, 20 de octubre de 2009

María. Mary. Abel Ferrara. 2005


Tratar el tema de la religión nunca es fácil y menos instalarse en los diversos puntos de vista que rodean la película a través de sus tres principales protagonistas. No creo que cinematográficamente sea una joya pero apunta una temática siempre latente, ese dogmatismo religioso ante un fenómeno que en occidente hemos olvidado, la búsqueda de lo religioso, sagrado en nuestro interior. Y no lo hace mal, pese a esa múltiple representación que a veces lleva a presentar a los personajes de una manera algo tosca. Esa misma multinarración es apoyada por imágenes reales y audios recortados de informativos que nos muestran ese dogmatismo imperante contra el que lucha la visión espiritual que nos ofrece Ferrara mediante su mirada hacia María Magdalena y su convulso pasado dentro del cristianismo, así como al tema del amor, siempre predicado, nunca practicado.

viernes, 16 de octubre de 2009

El luchador. The wrestler. Darren Aronofsky. 2008


Sorprendente, tanto la película como Mickey Rourke en su mejor interpretación.
Salir de cualquier círculo vicioso siempre es difícil, pero aún lo es más si se ha hecho de éste norma vital como le ocurre al protagonista de la cinta ya que por más salidas que encuentre siempre escoge el camino conocido, ese camino entre bastidores alentado y jaleado por una gloria provincial y lejana, cuyos ecos son para él más fuertes que el poco pero justo amor que recibe.
Existen sentimientos, conductas, que van más allá de nuestra comprensión y para cuya interpretación no hay patrón posible, y sin embargo están en el núcleo de lo que llamamos vida.

lunes, 12 de octubre de 2009

Cuscús. La graine et le mulet. Abdellatif Kechiche. 2007.


Valiosa aportación al cine de temática inmigrante así como de cualquier otro que se preste a mirar al ser humano analíticamente. Se tocan muchos temas en una simple historia, algunos muy superficialmente y otros sólo se prestan a ojos sensibles. La coralidad de la película aumenta por la personalidad de nuestro protagonista, parsimonioso, con una falta de percepción de la realidad que queda subsumida por la jovial y desinteresada mirada de su ahijada. Es esa heterogénea pléyade de protagonistas la que proporciona esa visión del hombre, ese hipócrita racional sometido a su propio orgullo, el cual confunde con el destino.
Sin embargo, el estilo cinematográfico no termina de llenar esta historia, demasiados primeros planos en continuo movimiento y situaciones cotidianas excesivamente tratadas no ayudan a vislumbrar imágenes que narren con su presencia, aunque el relato queda acentuado por las magníficas interpretaciones que de sus papeles ponen en escena unos grandes y desconocidos actores.

viernes, 9 de octubre de 2009

La Ola. Die Welle. Dennis Gansel. 2008


Reconstruir una historia con un fondo totalitarista en un contexto alemán es difícil pero la película logra hacer ver como una experiencia autocrática mal encauzada se convierte en problema seguro allí, en el lugar original o en cualquier superficie del planeta habitada por seres humanos. La película quizá carezca de brillantez en la superficial presentación social de los alumnos, principales protagonistas, probablemente por la dificultad de encuadrarlo en un corto espacio de tiempo, y tampoco llega a resaltar el drama del profesor, artífice de esa explosión irracional planteada desde la plena racionalidad. Sin embargo, la película logra englobar acertadamente toda una experiencia dominadora, real, y nos permite reflexionar sobre temas, en cierto modo tabú, pero que son de rabiosa actualidad, no podemos peder el frente…

jueves, 8 de octubre de 2009

Wilbur se quiere suicidar. (Wilbur begår selvmord). Lone Scherfig. 2002.


Formalmente correcta, con una narrativa precisa, sin alardes preciosistas y mediante un universo bastante cerrado, la directora danesa nos ofrece la historia vital de dos hermanos antagonistas como la noche y el día, pero a la vez inseparables y con una mutua necesidad dependiente, que acabará cristalizándose en la relación amorosa con la misma mujer, la cual se enamora de ese todo emanado de tan dispares personalidades.
Buenos toques de humor y poco aprecio por la sensibilidad hacen que este film no se desgaste con el grupo de unos personajes faltos de la frivolidad social dominante, no son los ni los héroes ni los aburguesados típicos protagonistas, quizá no te identifiques con ellos en su totalidad, aunque seguramente también hayas pensado en suicidarte, pero el espectador entra fácilmente en una historia donde la muerte se pasea desde el primer intento al último consumado.

lunes, 5 de octubre de 2009

2046. Wong Kar-wai, 2004


El lugar al que se dirigen los que pierden la memoria puede resultar fantástico o desolador, siempre dependerá de lo que hubiera albergado el aparato mnemotécnico y el personaje de tan singular proyección vital parece haber actuado conforme al enriquecimiento de tal caudal sensorial impregnado en el cerebro, ¿o es acaso en el corazón dónde se archivan los sentimientos amorosos?
Yo como siempre me traslado en un tiempo diferente y como en otras grandes trilogías (Yôji Yamada, K. Kieslowski) comienzo por el final, pero igualmente espero no quedar defraudado, sino todo lo contrario como me demuestra mi experiencia y mi intuición.
La película es un crisol de géneros, una amalgama de estilos y un concierto de variadas melodías de auténtica emoción. La decadencia mueve artísticamente cada encuadre pero una edición socorrida por la aliteración de un gran guión nos traslada a un universo tan ficticio y real como en el que actualmente nos encontramos sumergidos.
El amor y el desamor encuentran en este film una buena expresión, ¿por qué no vienes conmigo?

domingo, 4 de octubre de 2009

Las trece rosas. Emilio Martínez Lázaro. 2007


Lástima por una gran historia desaprovechada es el primer sentimiento que me transmite la película, aunque también influye mucho ver a actores de la talla de Perea, en fin…
Verdaderamente no aporta nada al cine que trata esa época de tan funestas consecuencias para nuestra historia y tengo la sensación de que han querido abarcar tal cantidad de sucesos, personajes y subtramas que el principal problema que vertebra la película queda diluido y solucionado facilonamente con el amor de madre.
Si no puedes rodar una entrada en Madrid digna, mejor no la ruedes, hay maneras mejores de describir la barbarie y el horror instalados en los perdedores madrileños que forzar una cara al sol. Lo mejor, alguna de las trece actrices, pero claro eso es fácil estadísticamente...

viernes, 2 de octubre de 2009

Malditos bastardos. (Inglorious Basterds) Quentin Tarantino. 2009


Podría parecer exagerado decir que la cinta me ha decepcionado, pero a la vez me es imposible realizar tal afirmación al tratarse de un gran trabajo que nos devuelve cierta esencialidad tarantiniana. Por lo tanto me quedo con una valoración intermedia, no creo que sea su obra maestra, difícil superar Reservoir Dogs o Pulp Fiction, pero la historia no sólo entretiene con su doble argumento visionario sino que además es un pequeño repaso a la cultura cinematográfica alemana con otros guiños cinéfilos.
La licencia que permite la frase inicial da autoridad a ese final imaginario que tanto sufrimiento hubiera ahorrado y permite incluso el lujo de introducir una película en el interior de una película, así como de dar de nuevo la bienvenida a esos deslumbrantes diálogos llenos de matices y metáforas y a esos personajes únicos (coronel Hans Landa) que tanto abundan en la obra del siempre genial Quentin.
Sin embargo, hay momentos en que la película se pierde, no hay un enlace magistral de las dos historias y los personajes de éstas no están lo suficientemente o acertadamente clarificados, el discurso de Pitt a sus soldados es patético y no me puedo quitar de la cabeza las estúpidas risas en la sala gracias al innecesario plano de Goebbels fornicando.
Cinco actos de un ya clásico aunque sin innovación alguna y falto de brillantez dramática.