jueves, 8 de octubre de 2009

Wilbur se quiere suicidar. (Wilbur begår selvmord). Lone Scherfig. 2002.


Formalmente correcta, con una narrativa precisa, sin alardes preciosistas y mediante un universo bastante cerrado, la directora danesa nos ofrece la historia vital de dos hermanos antagonistas como la noche y el día, pero a la vez inseparables y con una mutua necesidad dependiente, que acabará cristalizándose en la relación amorosa con la misma mujer, la cual se enamora de ese todo emanado de tan dispares personalidades.
Buenos toques de humor y poco aprecio por la sensibilidad hacen que este film no se desgaste con el grupo de unos personajes faltos de la frivolidad social dominante, no son los ni los héroes ni los aburguesados típicos protagonistas, quizá no te identifiques con ellos en su totalidad, aunque seguramente también hayas pensado en suicidarte, pero el espectador entra fácilmente en una historia donde la muerte se pasea desde el primer intento al último consumado.

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