jueves, 17 de diciembre de 2009

Gomorra. Matteo Garrone. 2008.


Una historia de la mafia desde personajes secundarios, así de simple podría caracterizarse esta visión de esa compleja realidad que atenaza a gran número de personas en el sur de Italia. Uno se espera más tras el buen trato de prensa y público, y las amargas referencias sobre el autor del libro en que se inspira, sin embargo deja cierto sinsabor, no llega a ser un drama social como aquellos que hicieron del cine italiano una referencia, ni tampoco nos muestra la típica historia de familias, no hay un hilo argumental muy definido, salvo la guerra, elemento éste tan abstracto que recuerdan ciertos procedimientos hitchcockianos. Hay momentos que recuerdan a la brasileña “Ciudad de Dios” y dulces guiños al imaginario mafioso manifestados en el ansia juvenil por la cima del mundo, el respeto por la autoridad y las costumbres, la amenaza colectiva concretada, la sutil interpretación de los actos, el asesinato como medio y fin, y cómo no, la introducción desde temprana edad en una actividad que contextualizada puede ser tan necesaria como el aire que se respira. De ahí la importancia de la denuncia de esta situación que imposibilita el movimiento social a quien lo quiere pertrechar, pues el miedo atenaza a las conciencias.

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