domingo, 25 de julio de 2010

El ladrón de cadáveres. The body snatcher. Robert Wise. 1945.


Béndita serie B que hoy día aún entretiene una plácida tarde de domingo veraniego. No hacen falta para contar una historia de terror grandes personajes, ni grandes efectos, ni un maquillaje espectacular, sólo una gran historia (Stevenson), un buen par de actores (no por Lugosi que apenas aparece) y la mano de quien después sería un grandísimo director, se sirven para entretener y atenazar al espectador ante el espectáculo de la miseria humana. Quizá le reste mérito ese final con la pérdida de la cordura tan repentina de un personaje que había mostrado cierta entereza moral, sin embargo la fuerza del personaje de Karloff, ciertos juegos de luces y sonidos como el de la ambivalencia del sonoro carruaje o la moralidad y sensibilidad presentes en la trama confirman la profundidad y valía del film.

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