Muy acertada mirada hacia la locura y su antagónica cordura a pesar de que el guión no llege a estar a la altura en momentos precisos y de que la música juege a veces un papel demasiado relevante. También fallan numerosos elemetos técnicos pero lo importante es la apuesta, unos diálogos de gran fuerza y una gran interpretación de un "locuerdo". La obra respira una grandísima humanidad transmitiendo cuál fuerte puede llegar a ser la tiranía de lo sentimientos, de cómo éstos guían inevitablemente nuestro destino pues aquél que no es capaz de sentir no puede llegar a ser considerado persona. Hay que enviar datos como hace el protagonista del film, pero no a otro planeta sino a nosotros mismos y a los demás, y éstos han de referirse a cómo nos sentimos y de qué manera podemos llegar a variar la situación. Expresemos el sentir.
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