Hacía tiempo que quería ver este film
prohibido. Lo prohibido, como niño que soy, siempre atrae y
despierta la curiosidad tan sana. Y la verdad es que no me ha
disgustado para nada al tiempo que compruebo, una vez más, lo
puritana que puede ser la sociedad en un tiempo en que pueden verse
más cosas reprochables en la dulce cajita del salón de estar.
Como película, como cine bien hecho en su conjunto,
la verdad no creo que merezca un recordatorio excelente, ni siquiera
mediocre, pero la audacia de tratar el tema pornográfico y la
violencia en un mismo mensaje me parece de buen ver. Y más
aconteciendo bajo el influjo de la crueldad balcánica donde
recientemente se cometieron los crímenes y genocidios más cercanos
a nuestra casa, a nuestra gran civilizada cultura (carraspero doble). Poder, violencia enfrentados a un "arte" capitalizado por don dinero y cierta banalidad estética inserta en un supuesto terreno común.
La solución final, aunque un tanto
débil, me cogió por sorpresa pues andaba empecinado en un
inentendible fallo de guión a causa de unas cintas, pero hete aquí
la respuesta, quizá facilona y no muy apropiada para eso que llaman
un gran guión pero que, al menos, corrige la presunta brecha en el
mismo, dándole al tema la profundidad del eco que recorre un tema por
excelencia, y tan tabú en nuestros días en cierto estrecho espacio común.
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