miércoles, 26 de octubre de 2016

What happened Miss Simone? Liz Garbus. 2015.



La respuesta a una pregunta tan abstracta requiere de una respuesta concreta, de narrar unos hechos que escapan a una interrogación que desea mucho más de lo que una historia puede comprometer en una situación de todo o nada pues como vamos a observar la introducción en el universo de Nina Simone es mucho más que narrar la historia de una pregunta que desvaría hacia ciertos puntos de fuga, hacia las interpretaciones que cada cual quiera sacar de una vida que va más allá de la música, del arte, de un compromiso y los siempre prejuicios que nos rodean como espectadores. La pregunta interpela a una persona que vive una vida con unos hechos y personas que no son puestos en la tela de juicio necesaria para urdir esa respuesta enigmática que describe la circunstancia de toda una vida, pues condensar en unos minutos las múltiples respuestas que ofrecen imágenes, relatos, recuerdos, letras o entrevistas es tan problemática como la univocidad de la respuesta.

Lo mejor del film es rescatar partes de la vida y circunstancias de una cantante no tan conocida para el gran público pero de indiscutible puesta en su lugar, como artista y como activista, como persona. Porque ella misma tenía que convivir con su condición, con la propia Nina, y no parecerse a esos artistas que no participan en la difusión de un mensaje, que según sus propias palabras son más felices, pero no están conectados con la necesidad de cambio que requería la sociedad del momento. 

Aquello que la pudiera pasar como el eslabón que te hace caer es mucho más que los prejuicios raciales, el maltrato de su marido o la escueta niñez pegada a un piano que sobrevuelan las ideas generales del film. Los eslabones para caer son también el amor por una hija a la que el exceso de trabajo no te deja cuidar, ese fenómeno que el capital tiene en cuenta solo si es revalorizable, como también pueden ser las propias listas de éxitos y la sobrexposición a la que el arte o artista comenzaba a sucumbir. Eslabones y eslabones que quizá encontremos en la sutileza de su voz, en las letras de sus canciones desgarradoras y activas, de verbo duro y flexible melodía. De las que tienen esa vida inclasificable...

Ain't Got No, I Got Life.


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