domingo, 17 de abril de 2016

La mujer pantera (Cat People). Jacques Tourneur. 1942.



Sirviéndose de una inventada leyenda sobre los antiguos mamelucos eslavos y el reino de Serbia el misterio de la mujer pantera va a reflejar el miedo que la oscuridad proyecta en el ser humano. Un ser humano, varón en este caso, capaz de enamorarse de una extraña que va a representar, patriarcalmente, el desconocimiento, el recelo, la nocturnidad y todos esos atributos que toda mujer fatal cinematográfica lleva consigo. Y a pesar de la desconfianza que pueda pesar ante lo otro, el propio ser humano es capaz de superar tal efecto para intentar acercar el conocimiento y la experiencia hasta que se da de bruces con una realidad psicológica de primera magnitud, pues a pesar de la igualdad física y jurídica en los mundos interiores de cada cual pueblan existencias tan diferentes que nos llevan a tomar caminos tan diferentes como la prudencia o la temeridad, o las clásicas vías medias.

De ahí la actitud del nuevo enamorado que sirviéndose de su experiencia y trato con otra mujer más cercana a su entorno próximo adopta la prudencia como método para descubrir aquello que el psiquiatra busca en el peligro de la demostración empírica. Dos modos distintos de acercarse a una realidad siempre compleja, desconocida pero siempre atrayendo a su comprensión.

Para el recuerdo esa escena en la piscina donde las sombras se transforman en esa pantera que acabará buscando la propia sumisión que parecen adoptar estas mujeres cinematográficas para redimir su culpa. Una sumisión que flaco favor hace a la imagen de la verdadera mujer, fatal o no, pero aunque esta sea otra historia, no olviden que es la más importante.

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