De una cara de ángel casi nunca te deberías fiar, pero hay que estar muy espabilado para no caer en las redes emocionales que desprenden estos rostros puros. Eso lo conocía perfectamente el personaje pero su destino estaba irremediablemente ligado a un pequeño desliz, a esa ínfima oportunidad que brinda la verdad, esa verdad que será únicamente lo que decida el jurado. Cine negro cargado de pasión y emoción, gratamente enlazado con una gran pieza judicial dotan a la cinta de una gran ejemplaridad casi a la altura de la gran Laura del propio director. Imprenscindible.
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