viernes, 30 de noviembre de 2012

Wall Street. Oliver Stone. 1987.

 
 
 
Buena película para observar lo desmedido del dinero, lo desvirtuado que resulta el capitalismo que impulsa el neoliberalismo con ese mercado libre, que poco o nada tiene de libertad con los egoístas intereses que pueblan cada jugada en ese amplio escenario.
 
El dinero gana, siempre gana pues es el beneficio monetario el que está en juego, no se mira con otros ojos sino con los de la opulencia. El que más gana es el que más tiene, eso es lo que muestra la película, sin demasiadas concesiones a la alternativa, salvo las emotivas, y por ello se queda un poco descafeinada. Muestra mucho de lo que ya sabemos, nada que no haya sugerido el séptimo arte desde sus albores, desde películas como Amanecer. El poder y el dinero en su cojunción social. Aquí vuelve a mirarse esta complicidad desde la óptica de la facticidad, de lo que parece inevitable que haya sin más crítica que su mera postulación.
 
No se pierde demasiado si no se ve, las mejores críticas al capitalismo dominante están en sus consecuencias no en su encuadre dominante contemporáneo. Además si poco entiendes de la gran economía financiera, sus diálogos, salvo en perspicaces ocasiones, tratarán que sigas como estás, sin entender ni papa.

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