lunes, 5 de noviembre de 2012

War horse (Caballo de batalla). Steven Spielberg. 2011.

 
 
Se nota la mano del maestro, pero la película carece de originalidad alguna, todo en ella es previsible, mucho más que previsible pues desde los primeros fotogramas adivinamos cual será el destino de ambos protagonistas. Solo faltan los accidentes con los que tendrán que lidiar, pero ellos también resultan demasiado predecibles, como si tras solamente insinuar el siguiente acontecimiento ya adivináramos la respuesta final.
Sin embargo, detrás de la cámara hay talento y apreciamos una muy buena fotografía, demasiado fantástica para mi gusto pero con un toque bélico, del cine inglés de los cincuenta, con un color mate que recrea una atmósfera peculiar, de tenue neblina y de un verde apagado por el horror al que asiste. Igualmente digno de elogiar es la composición fotográfica respecto al animal, que muchas veces con su mirada o su gesto remarca la acción como si de un profesional de las tablas se tratase. Así como también no desmerecen algunos pequeños giros dramáticos muy bien narrados e introducidos (me quedo con la vuelta de los alemanes por la granja y con el rescate del caballo de la alambrada, que ironía la cara y la cruz con la posterior aceptación), aunque sean los mínimos.
La película es muy digna de sábado por la tarde en televisión, con la famiia, los niños o echarse esa cultural "siestecita" mientras avanza la típica historia con la típica música épica. Ya lo has visto.

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